miércoles, 27 de julio de 2011

Aventureros al avión


Hace un par de semanas tuve una visita muy especial. Dejaron atrás el calor de sus grandes ciudades, las preocupaciones del día a día y se reunieron en Sevilla para montarse en un avión rumbo a las islas. Aquí les esperaba yo, con la promesa de desconectar y descubrir otras tierras.

La casualidad y la no tan casualidad hizo que coincidiera con mi cumpleaños. Y porque ellos estaban aquí las aguas estuvieron tranquilas y hubo fiesta y baile, después de dos años de inundaciones intensas en estas fechas.

Fueron unos visitantes pacientes: pacientes con mis horarios de trabajo, pacientes con las indicaciones en el coche, pacientes con mis indecisiones, y pacientes para comer lapas y camarones a deshoras... La paciencia que da la familia y la tranquilidad de las vacaciones. Y todo el cariño que se acumula en el gran abrazo de llegada y despedida. Y el vacío que queda tras su partida...

¡Gracias por la visita! Ya sabéis que aquí os espero el año que viene, con más aventuras por tierra, mar y aire, playas y caminos entre barrancos ;-)

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