miércoles, 20 de julio de 2011

El principio del fin



y el fin del principio


Me gusta desayunar un café grande por las mañanas. No es sólo que me guste, es que a estas alturas casi casi lo necesito para coger energía y empezar a funcionar. Me tomo una taza de esas tipo americano (un mug) que casi podría ser calificada como una maceta por los amantes del café tradicional y no del aguachirri que dan por café en los EE.UU. Yo he unido lo mejor de los dos continentes: el recipiente tamaño XL americano y el resultado de mi cafetera italiana, y así tomo feliz mi dosis de café mañanero.

No sólo me gusta el café, sino que también me gustan las tazas. Tengo varias de diferentes sitios en los que he estado y alguna más que me han regalado. Una de ellas vino del mismísimo aeropuerto de Londres (¡oh, qué chic!), nunca me gustó mucho (es negra) y me la trajo quien tanto me quiso en una mezcla de remordimientos de conciencia y recuerdo sincero que la verdad consiguió sorprenderme. Mucho. Esa taza compite en buen gusto y remordimientos con una camisola/pijama con vaqueros y sheriffs que llegó del mismísimo Texas... pero esa es otra historia: yo estaba hablando de tazas.

La taza londinente parece que tiene varias vidas y no se quiere romper. Mira que ha conocido armarios y ahí está, sobreviviendo. Esta vez decidí dejarla en tierra: ya estaba harta de verla, ahí tan negra. En mi última mudanza busqué el equilibrio entre lo que realmente me gusta (mis tazas del Pao de Açucar -Río de Janeiro- y de Klimt -Reina Sofía) y lo que no me importaría que se rompiera, y esta vez continuó el viaje la taza gemela de NY.

Ayer casi se rompe la taza de NY. Creo que la vi claramente estrellada contra la pared, todos los trozos por el suelo y el inconveniente de tener que recogerlos después.

Eso fue ayer. Hoy he preparado el café en mi cafetera viajera (me acompañó hasta Groningen, encargo de mi madre, y vino de vuelta en la maleta de mi jefe-amigo), he preparado mis tostadas, y he desayunado a ritmo de música bebiendo tranquilamente el café en mi taza de NY.

Porque hoy es hoy. Ayer era ayer.
Y ya son dos años. Ya son cuatro años.

Porque NY fue maravilloso. Porque NY es maravilloso.
Porque tuve una vida maravillosa. Porque tengo una vida maravillosa.



This is what I said, by Cloud Control

Soul
Is what I've got
I know it's not much
Whatever it is it's mine


Porque no puedo ser de otra manera, de sentir de otra manera.
Y porque sé que hay quien lo valora, y que habrá quién lo valore.

2 comentarios:

  1. Sigue estrellando todas tus tazas en mi pared. Y cuando el café esté demasiado amargo lo compartiremos.

    BBHs

    PD: Disculpa, esta vez he llegado cuando el café estaba ya frío en el gotelé.

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  2. Mejor compartimos un barraquito especial: café, leche condensada, canela, cáscara de limón y... Licor 43!
    Aquí en las islas se acabó definitivamente el café amargo ;-)

    BBhs!

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