miércoles, 31 de marzo de 2010

La pregunta del millón: ¿qué hace un astrónomo?

Ésta es la explicación que dan algunos de sus protagonistas, en este caso del departamento de Astronomía de UF:



PD: Además de lo que dicen en el montaje, un astrónomo también se dedica a contar lo que otros astrónomos investigan y descubren, como hace mi Amigo :jorG ahora.
Muchas veces, no es que la ciencia sea difícil de entender, sino necesitamos traductores para que llegue a vosotros la información de manera adecuada. Por eso, no desistáis nunca si realmente sentís curiosidad: sólo hay que encontrar el traductor adecuado :-)

lunes, 29 de marzo de 2010

Un secreto

Me gusta viajar. Bueno, no es que me guste, es que me encanta. Disfruto desde el momento en el que empiezo a mirar fechas y destinos, ya siento que estoy viajando desde mi pantalla del ordenador. El acceso a tanta información con sólo un click del ratón junto al boom de las compañías de bajo coste han hecho accesible y asequible viajar, y nosotros somos los que más podemos disfrutarlo. Mi padre (que también lleva un viajero inquieto dentro) mira con envidia -sana- a sus hijos, que con un ordenador, conexión a internet y un presupuesto limitado son capaces de organizar un viaje por medio mundo.

Pero tened cuidado: viajar provoca adicción. Y lo digo por experiencia, porque después de un tiempo sin una salida a algún sitio desconocido, empiezo a sentir esa necesidad de explorar nuevos mundos. Y tampoco estoy hablando de tener que ir a Jordania o a la Riviera Maya, por poner dos ejemplos, soy igual de feliz si vamos de excursión a la sierra a hacer senderismo o a un humedal a ver pájaros o al pueblo del abuelo de un amigo. El caso es salir de la rutina y ver qué hay en otro sitio diferente al mío.

Mis últimos viajes siempre han tenido el mismo destino: Madrid. Esa ciudad ha dejado de ser mi ciudad para ser un lugar que visitar, aunque todavía no me siento turista allí. Quizás tiene mucho que ver que seguía paseando por sus calles con mirada asombrada, y por más veces que crucé Sol o la Gran Vía, me fijaba en sus edificios y en las personas que me encontraba por la calle. Me gustaba (y me gusta) dirigir mi mirada hacia donde apuntaban los objetivos de las cámaras de fotos, y así descubrir detalles de la ciudad que se me habían pasado por alto por la rutina y las prisas.

Hace mucho tiempo, cuando todo era nuevo para nosotros, nos dedicamos a descubrir nuestra ciudad y los fines de semana íbamos a algún sitio diferente. Así conocimos San Antonio de la Florida, la casa-museo de Sorolla, la basílica de San Francisco el Grande, e hicimos excursiones a los museos grandes. Y durante todo este tiempo fuimos mil veces al teatro, exposiciones y conciertos, aprovechando lo que la ciudad tenía para ofrecernos. Siempre lo disfruté mucho, muchísimo.

Teruel es pequeño. Y mengua cada fin de semana que me quedo aquí, esperando a futuras visitas con las que compartir los pocos rincones que me quedan por descubrir de la ciudad o a exploradores que amplíen los horizontes de mi radio acción. Por eso me asaltó de nuevo la inquietud viajera y no tuve más remedio: mi próximo viaje está a la vuelta de la esquina. Ahora ya no tengo compañero de viaje fijo y han cambiado mis destinos, pero sigo disfrutando con los preparativos y la idea de estar lejos y desconectar durante unos días.


Cuando pesen demasiado
La rutina, el trabajo y la vida en la ciudad
Nos iremos en un viaje infinito
Con esa tonta sensación de libertad


PD: Siempre pensé que éramos más nosotros cuando estábamos lejos de todo. Y eso fue cierto hasta en nuestro último viaje: ya casi éramos dos extraños...

viernes, 26 de marzo de 2010

Un poco de chocolate

Soy muy afortunada: ayer recibí otro regalo, esta vez en mi buzón de Teruel. Vosotros estáis aprendiendo a expandiros por todo el vacío con el que de repente me encontré, poco a poco y sin darme cuenta. Ya no pienso en los regalos que nunca recibí porque quien estaba a mi lado nunca se le ocurrió o no consideraba que yo los mereciera. Quedan vuestros abrazos y mis sonrisas.
Y eso es mucho. Muchísimo.





Un tranvía en SP es un libro maravilloso que no tengo ni tendré nunca. Que leí como un préstamo, como tantas otras cosas de mi otra vida. Pero es un libro que me entusiasmó, que recomiendo siempre que puedo, y que he regalado con mucha ilusión a personas importantes para mí.







Un poco de chocolate es su versión cinematográfica. La originalidad de la palabra escrita es cambiada por un escenario lleno de luz y de color, como a mí me gusta, y por un Lucas excepcional (Héctor Alterio) que dan ganas de abrazar. Y también Daniel Brühl en su papel de Marcos, con sus jerseys de rayas, sus camisetas rojas y azules, sus zapatillas y esa sonrisa que derrite. Voy a ser sincera: me recuerda a alguien que conocí y por eso me gusta tanto. Como suele ocurrir, Marcos no deja de ser un personaje de ficción tan real como la vida misma, o las personas del mundo real son tan inventadas como los protagonistas de esta película. Cada vez es más difícil distinguirlo, la verdad.


Cuatro minutos he necesitado para darme cuenta de cuál era mi regalo. Y he dudado si seguir viendo la película porque sabía que junto con las sonrisas iban muchas lágrimas... Pero me he enfrentado valientemente a la pantalla y he disfrutado de mi regalo especial de hoy: ¡GRACIAS!



PD: Has caído en el centro del tablero y me debes, por lo menos, seis abrazos. Aquí te espero con los brazos abiertos y preparados. Me los pienso cobrar todos.

jueves, 25 de marzo de 2010

De peli en peli




Ayer estrené el ciclo de cineclub que están poniendo en el cine Maravillas de Teruel. Antes de nada tengo que decir que estoy muy contenta y sorprendida por esta iniciativa conjunta del Ayuntamiento y esta sala de cine (aunque en realidad tendría que decir más bien que es un antiguo teatro reconvertido en cine) porque me va a dar la oportunidad de ver algunas películas muy interesantes que ya daba por perdidas. Una de ellas es Los límites del control, de Jim Jarmusch, que me llamaba la atención porque ha sido rodada en España.






Tenía especial curiosidad por ver las Torres Blancas, un conjunto de edificios de los llamados singulares por los arquitectos, que están cerca de mi antigua casa. Y me sorprendí subiendo con el protagonista por sus escaleras de caracol y en su ascensor rojo, mirando por una de las ventanas que dan hacia la avenida de América, y bañándome en su piscina de la azotea. Y paseando por un Madrid precioso, museos incluídos, con una mirada muy especial...

Fui la única que a le gustó la película. Prometo que no engañé a los otros ocho que venían conmigo (no sé cómo lo hice, pero se apuntó todo el mundo a investigar España a través de los ojos de un director independiente americano). Es cierto que la película es increíblemente lenta, pero ya había visto Flores rotas y no me esperaba una peli de acción precisamente a pesar de la profesión del protagonista. Es cierto que se da información a cuenta gotas, que se sugieren referencias más que mostrarlas implícitamente, que el silencio y el ruido de alrededor cuenta tanto como las palabras, que los colores y las imágenes tienen mucho que contar, que hay que jugar a recomponer la película. Todo eso también es cine. Y a veces se nos olvida.

miércoles, 24 de marzo de 2010

Kit de supervivencia







Regalos así me dejan sin palabras, me sacan lagrimillas y una gran sonrisa.
Pocas personas me entienden tan bien y me cuidan tanto...

gracias
GrAcIaS
GRACIAS

PD: Y al resto ¡cuidado! porque pienso usar todas las tarjetas de mi cajita de abrazos que pueda!
Ya podéis ir eligiendo cuál queréis que sea el vuestro :-)

martes, 23 de marzo de 2010

De tango en tango

Hoy tenía un regalito en mi buzón (cibernético) para que empezara bien el día:



Como buena investigadora, me he dedicado a curiosear un poco y he descubierto que Richard Galliano se dedica desde hace tiempo a esto de la música de fusión utilizando instrumentos que tradicionalmente se utilizan en tango: el bandeón y el acordeón. No creo que sea la única que tiene como referencia más cercana de este último instrumento a Maria Jesús y sus pajaritos (su myspace aquí, ¡qué fuerte!...), así que este "nuevo" autor ha sido un gran regalo: ¡gracias!

Si os ha gustado y estáis un poco vagos, ya he hecho yo el trabajo por vosotros:



Y por último, creo que mi favorito: Le vals a Margaux, mano a mano con un precioso violín (no sé qué tiene ese instrumento que me encanta...)



PD: Se nota que esto del youtube me gusta, ¿verdad?, sobre todo desde que me funciona perfectamente el sonido en mis ordenadores. Y me gusta recibir todas vuestras recomendaciones: mi mundo es cada vez más musical gracias a vosotros :-)

lunes, 22 de marzo de 2010

Homenaje japonés

Casualidades o no:
- Hace mucho mucho tiempo, un restaurante oriental fue escenario de algunas escenas importantes de mi vida. Probablemente no vuelva a ir jamás: no podría ver sonreír a la dueña del China Té...
- Hace un par de años, aprendí algo de artes marciales, descubrí lo mucho que me gustan los makis, y me reconcilié con el sushi después de un inicio poco prometedor en un restaurante japonés con mi padre. Hoy puedo asegurar que el calamar crudo no me gusta pero... ¡lo demás me encanta!
- Mis hermanos me regalaron, muy acertadamente, la película japonesa de animación El castillo ambulante, del mismo director, Miyazaki, que El viaje de Chihiro. Las dos películas son una joya, especiales para mí por motivos diferentes. Seguro que La princesa Mononoke y Mi vecino Totoro también lo son, aunque no he tenido todavía la oportunidad de verlas.
- Me gustó mucho y sentí especialmente la historia Tokio Blues de Haruki Murakami. Al sur de la frontera, al oeste del sol no me gustó tanto, y el resto de novelas no llamaron especialmente mi atención, así que no seguí el rastro de tanto lector entusiasta.
- Me encanta el optimismo de otro Murakami, el artista japonés Takashi Murakami y sus flores sonrientes como parte de su marca corportativa.
- La pasada primavera me quedé sin ver una exposición de arte oriental en el Conde Duque, porque nunca encontramos el momento adecuado. En realidad, una forma muy sutil de no dejarme elegir a mí casi nunca sin que me diera cuenta...
- En verano, alguien que me quiere mucho mucho me llevó a un coreano maravilloso en Madrid. Cambié mis planes para disfrutar esa noche de su compañía, tan importante para mí siempre.
- Ya en otoño, alguien muy especial me mostró dos japos geniales en la capital. Sigo pensando que la comida oriental me encanta, mucho más en la compañía adecuada.
- La curiosidad me llevó a descubrir lo que era el ukiyo-e (y su versión más erótica, los shunga, en algo así como el kamasutra japonés).
- No tengo interés por el manga, ni las modas excéntricas japonesas, ni los últimos adelantos en tecnología. Pero sigo jugando con la idea de pedir un postdoc en Japón y seguir probándome a mí misma.
- En mi nueva casa tengo un par de cuadros de japoneses enfadados, de la escuela ukiyo-e, nada eróticos por cierto. Mis caseros pasaron muchos años en Japón (él era profesor de español allí), y la administrativo del CEFCA los conoce como "los japoneses" (Teruel es pequeño y se conoce todo el mundo...).
- En mi nueva ciudad hay un restaurante oriental bastante bueno, llamado familiarmente como el juan antonio, que me da miedo gastar de tanto usarlo.
- Y ahora, gracias a mi japonés particular tengo banda sonora para las cosas buenas que me gustan de allí.
Casualidad o no: Joe Hisaishi es el compositor de la banda sonora de La princesa Mononoke, El viaje de Chihiro y El castillo ambulante. No tenía ni idea, pero me encanta:





Y casualidad o no: Mari Fujiwara es la compositora de parte de la banda sonora de Mi vecino Totoro aquí o más fácil en youtube:



No sería justo si me olvido del primer grupo japonés que conocí, Pizzicato Five, parte de mi banda sonora popera particular que siempre me hace sonreír:



PD: Tranquilos: prometo que quien venga tomará tapitas de jamón de Teruel y no pisaremos el juan antonio. Por mucho que me guste el restaurante, dejo mis visitas a los japos para otro momento :-)

Tarde de cine

Estoy orgullosa de mí misma: ayer fui por primera vez sola al cine. Ya sé que no es escalar una montaña o correr un maratón, pero el día a día de nuestra vida está lleno de pequeños momentos importantes y los domingos son mi reto particular.


Esta semana tengo un montón de actividades, así que no tenía más remedio: si quería ver Shutter Island tenía que ser ayer o me podía quedar con las ganas (las películas aquí no duran más de una semana...). Y no estaba dispuesta a dejar pasar la oportunidad por el hecho de no tener compañía. Así que me fui contenta al cine. ¿La película? Me gustó, aunque he de reconocer que me molestan los directores que utilicen tan claramente la música y la luz para crear suspense (da igual que sea Martin Scorsese). Una vez leí en algún sitio que una buena banda sonora se caracteriza por no tomar protagonismo de manera innecesaria, siendo un elemento más de la escena sin que el espectador tenga que tomar conciencia de ello si no es totalmente preciso. Por eso me molesta cuando en las películas de miedo empieza a sonar esa música particular que ya te advierte del peligro. Me parece un insulto a nuestra inteligencia, pero ¡qué le vamos a hacer! hay mucho insulto por ahí suelto.

En cualquier caso, creo que la visita a la sala de cine merece la pena. El tema principal de la película no es nuevo (¿quién está loco o cuerdo?, ¿a quién le concedemos la capacidad de dicidirlo?, ¿cómo hay que tratar a las personas con problemas mentales?), pero esta vez es presentado dentro de una película de suspense, con un toque de cine negro y recuerdos del holocausto nazi. Todo metido en una coctelera agitada por Martin Scorsese, con unos magníficos actores (en particular Ben Kigsley, que da miedo por su poder de manipulación, y un Leonardo di Caprio realmente violento) en una ambientación más que creíble. Y una reflexión latente: ¿no hemos sufrido todos experiencias que nos hagan perder el contacto con la realidad por un instante?

sábado, 20 de marzo de 2010

Aquellas pequeñas cosas


Uno se cree
que las mató
el tiempo y la ausencia.
Pero su tren
vendió boleto
de ida y vuelta.

Son aquellas pequeñas cosas,
que nos dejó un tiempo de rosas
en un rincón,
en un papel
o en un cajón.

Como un ladrón
te acechan detrás
de la puerta.
Te tienen tan
a su merced
como hojas muertas,

que el viento arrastra allá o aquí,
que te sonríen tristes y
nos hacen que
lloremos cuando
nadie nos ve.


Son esas pequeñas cosas. Las que tanto echaba de menos cuando estaba lejos. Las que empecé a echar en falta poco a poco, casi sin darme cuenta, cuando estaba tan cerca.

Son esas pequeñas cosas que se perdieron por el camino, que se nos escaparon por los agujeros de los bolsillos, sigilosamente y sin remedio.

Son todas esas pequeñas cosas...

PD: Esta canción de Serrat ha cerrado el repertorio oficial del concierto de Voces Blancas en la catedral de Teruel. Un concierto curioso, de canciones religiosas y populares, y que como sorpresa final, nos regaló esta canción...

jueves, 11 de marzo de 2010

El super-toro

o más conocido en Teruel como el Torico


Dice la leyenda (o al menos la señora que lleva una tienda de recuerdos en Teruel), que durante la reconquista, los cristianos estaban esperando al amanecer para atacar y recuperar la ciudad de Teruel. Durante la noche, los árabes pusieron antorchas en los cuernos de los toros que estaban en la llanura, para hacer creer a los cristianos que eran muchos más en número. Pero cuando empezó el día, los cristianos descubrieron el engaño, y se lanzaron sin miedo a la reconquista. Por esa razón, la estatua del Torico es pequeña: muestra cómo vieron los cristianos en la distancia los toros.

Sin embargo, nos dieron una explicación muy diferente y mucho más terrenal en la visita guiada al Mausoleo de los Amantes: la estatua es pequeña porque cuando se mandó construir no había dinero para hacerla más grande.

La verdad es que, cuando escuché la primera versión pensé: "el problemas de las proporciones en escultura fue resuelto hace ya mucho tiempo, qué raro..." pero me gustó la historia, así que no puedo resistir contarla también. A veces hace falta un poco de cuento en esta vida, ¿no os parece?

PD: No es que me hayan contratado ya en la Oficia de Turismo de Teruel, sólo buscaba una excusa para poner esta foto con David del pasado fin de semana donde salimos tan guapos y sonrientes, y daros una razón más para venir a visitarme pronto :-)

miércoles, 10 de marzo de 2010

Marchando una de galletas al photoshop

Decir que el photoshop es el programa estrella en cuanto a edición fotográfica no es dar mucha información hoy en día. Ya se sabe que el que controla este programa tiene en su poder la "belleza" de cuanto toca con su ratón (que se lo digan a las modelos y fotógrafos profesionales). Pero de ahí a "cocinar unas galletas" imitando este programa... sí que es ser friki!

Adobe Photoshop Cook from Lait Noir on Vimeo.



PD: ¡Gracias JAZ por el enlace! Tuyo es el mérito de mi sonrisa más larga hoy :-)

Hace seis años...

... estaba a estas horas en un quirófano. La verdad es que ningún año me he acordado especialmente de ello, pero se ve que el estar lejos de la gente que compartió conmigo esos momentos me han hecho recordar lo que significó para mí, tanto en ese momento como las consecuencias que se derivaron de ello.

Leo un artículo del Dr. Sales Jopis (neurocirujano) que de una muestra de 250 pacientes con adenomas de hipófisis, el 95% (!!) presentaba deterioro visual, así que yo era realmente afortunada por no tener ningún síntoma de ese tipo...

En esta época de información-desinformación, yo decidí hacer caso a mi médico y no buscar posibles alternativas en la red. Y creo que hice bien: si llego a ver que lo que me iban a hacer era esto, igual no hubiera entrado en el quirófano...

Recuerdo que antes de que me operaran soñaba que de repente me quedaba ciega y tenía que reconocer a las personas que me rodeaban por el olor. Me angustiaba pensar que quien quería cambiaba de colonia y entonces no podría reconocerlo entre la gente y... ¿qué iba a hacer yo?

Ya han pasado seis años desde entonces. Afortunadamente no me quedé ciega, todo salió bien y y no tuve que recurrir al sentido del olfato para reconocer a quien quería, aunque estoy segura de que entonces hubiera podido hacerlo sin problema. ¿Tanta lluvia habrá borrado también esas huellas? Qué pregunta más tonta, la intuición me dice que el efecto de las inundaciones suele ser devastador...

martes, 9 de marzo de 2010

Un poco de humor

Si pienso en las razones que me empujaron
a hacer las cosas que no me he perdonado,
puede que según el momento elija
marcharme al tercer mundo como misionero,
bien, bien, bien,
decidirme a finalizar mis días
como símbolo sexual de mis vecinas.
Pero, antes de sacar las cosas de quicio,
me plantearé un reto final en estas vacaciones,
saldré a buscar una novia para un festival,
aunque sólo me sirva para confirmar
que en el pecado siempre está la penitencia.




Si suena por casualidad esta canción en mi iPod y al rato encuentro este práctico kit para sobrevivir en los festivales musicales, ¿cómo no me voy a reír? Hay que tomarse esta vida con un poco de humor :-)

PD: La canción es del primer disco de Deneuve, un grupo cordobés que siempre me ha gustado por los violines que suenan es sus canciones. Esta canción en particular nos hizo gracia desde el principio. Ideal para maduros cachondos ("decidirme a finalizar mis días como símbolo sexual de mis vecinas") y demás carne festivalera.

lunes, 8 de marzo de 2010

Descubriendo Teruel


David y Gonzalo han sido mis primeros amigos en venir a comprobar ellos mismos que Teruel existe. Ha sido un fin de semana corto pero intenso, con la visita obligada al Mausoleo de los Amantes, paseo turístico por la ciudad mudéjar, y excursión a Albarracín, pueblo calificado como el más bonito de España (¡ahí es nada!).

No os voy a engañar: este fin de semana hacía frío. No tanto como hoy (Teruel ha amanecido nevado...) pero lo suficiente como para agradecer buenos platos calientes. Y hasta en eso hemos tenido suerte: este fin de semana se celebraba en Teruel la I Ruta del Perolico en Teruel. Así que el sábado por la noche alternamos buenos vinos con guisos de cuchara (sopa campesina, garbanzos y alubias), que nos prepararon para enfrentarnos con energía a la noche loca turolense.

Después de este fin de semana, queda abierta oficialemente la temporada de visitas a Teruel. ¿Quiénes van a ser los próximos valientes? ¡Aquí os espero!

PD: ¡Muchas gracias, chicos, por un fin de semana muy especial! ¡Estoy deseando ver ese book de fotos donde estamos estupendos los tres! :-)

viernes, 5 de marzo de 2010

Cómo no me van a gustar...

Física del equipaje (Pauline en la playa)
Cuarta canción aquí

6. Reparto de bienes
Desterrada de este tu jardín
creo necesaria alguna recompensa
por haber traído tanto sol,
por haber regado con mi regadera.

Dejaré que escale tanta hiedra
que no pare hasta tapar la piedra.

Puestos a pedir quizás
el reparto de un metro cuadrado,
y cercarlo por cerrar
con alambre fino y enroscado.

Dejaré crecer tanto la hierba
que no vuelvas a tumbarte en ella.

jueves, 4 de marzo de 2010

Mundo musical

El mundo que nos rodea está lleno de ruido: el teclado del ordenador, el sonido del teléfono, una moto que pasa, pájaros (cuando haga mejor tiempo...), alguien que tiene una duda sobre poblaciones estelares, risas por un comentario ingenioso, una voz bonita que te cuenta un cuento y te regala un caramelo, el silencio -ruido blanco que extraña a alguien como yo acostumbrada a tanto ruido de fondo-, y música, mucha música.

He de reconocer que tengo una relación especial con los sonidos musicales. Desde que recuerdo a Juan Carlos tocando con la guitarra Quién fuera de Silvio Rodríguez, y a Angelo Branduardi o los fados de Dulce Pontes y Misia por recomendación de Virginia, ha pasado mucho tiempo. Sobre estas músicas del mundo se han ido añadiendo otras más comerciales y otras menos conocidas, según el momento.

Parte de mi nuevo aprendizaje ha incluido una reconciliación con los sonidos melódicos que suenan en la calle, en la radio, en mi ipod... Me gusta la Música, me gusta cómo suenan los instrumentos, las letras que tienen algo que contarnos, la sensación de que las notas forman parte de mí... todo ello más allá de quien fue mi música durante mucho tiempo.

Ahora mi proceso de búsqueda me ha llevado a nuevos gustos musicales, eliminando lo que ya era totalmente prescindible y redescubriendo nuevas melodías. Y así conviven en armonía sones, bachata, ópera, música clásica, rock y un poco de punk si se da el caso, junto con la música indie y popera que, he de confesarlo, me sigue gustando y poniendo de buen humor. En esta reconciliación conmigo misma, el programa musical Hoy empieza todo de radio3 ha resultado ser todo un descubrimiento para que no pierda el hilo de estas músicas más minoritarias, aunque por lo general llegue tarde para enterarme de los conciertos a los que no podré ir por las fechas o porque las entradas están ya agotadas. Mientras preparo el café y mi desayuno, van sonando grupos que me suenan junto con otros que no he oído jamás con nombres raros que soy incapaz de recordar después (es un poco temprano para que las neuronas funcionen al 100%...). Pero este programa tiene una peculiaridad: cuelgan en su blog las canciones que suenan durante las tres horas de duración, y de esta manera siempre puedo volver a buscar esa canción o artista que me ha gustado. Una solución ingeniosa que ayuda a no perder ni una nota de sonido.

Así me he enterado de que Pauline en la playa ha sacado un nuevo disco. Es un grupo formado por dos hermanas de Gijón y que me gustó desde que lo escuché por primera vez. Para mí son especiales, no sabría decir por qué exactamente, pero conectan conmigo desde siempre. Quien tanto me quiso sabe que es así y por eso conservo cuatro preciosos discos que todavía viajan conmigo. Física del equipaje es su último trabajo, ya sólo el título me dice que me va a gustar... Podéis escuchar algunas de las canciones en su myspace, y este es un adelanto:



¿Os parece extraño que me guste algo así? :-)

PD: Creo que por una vez voy a hacer una excepción y voy a añadir algo a mi equipaje...
Mientras espero (en Teruel no creo que tenga muchas opciones de encontrar algo así), me voy inventando una excusa para ir el mes que viene a su concierto en Madrid. ¿Alguien se apunta?

¿Qué llevas en tu mochila?

Bolígrafos, pastillas, pañuelos de papel, el monedero, un candado, ropa para el gimnasio, los tuppers para la comida, la fruta de la media mañana o las mandarinas de la merienda compartida a veces con Sergio, artículos científicos, un libro, el ipod... todo esto iba dentro de la mía cuando vivía en Madrid y al salir por la puerta tenía que hacer recuento para no olvidar nada realmente importante porque una vez que salía ya no había marcha atrás. Como podéis imaginar, eso ha cambiado sustancialmente ahora que vivo en una ciudad pequeña a menos de cinco minutos (creedme, es cierto, son menos de cinco minutos) andando del trabajo.

Ahora pensad vosotros qué lleváis en vuestra mochila. Lo que está y lo que estaría si pudiérais llevar. Todas las cosas materiales que consideráis importantes o imprescindibles para vosotros. Todas las personas que por alguna razón os gustaría que os acompañara en vuestro camino.

Un ejercicio parecido hace Ryan Bingham (personaje interpretado por George Clooney) en Up in the air, la película que vi ayer en el cine. He de reconocer que el reclamo principal hizo su efecto y todas fuimos la mar de contentas a ver a George, pero la película es mucho más que él llenando la pantalla con su preciosa sonrisa. Es una reflexión sobre las relaciones personales, los distintos tipos de vida, la soledad de los hoteles y coches de alquiler, la soledad elegida, la soledad obligada, la soledad compartida.

He de decir que la película merece la pena por mucho más que su protagonista: por el guión, la descripción de los personajes, el ritmo, la fotografía (geniales las imágenes de Estados Unidos desde el aire), la música, la química entre George Clooney y Vera Farmiga (hacía tiempo que no veía algo así), algunas escenas realmente buenas (esa forma precisa, calculada, casi milimétrica, de cerrar y manejar la maleta, donde guarda todo su mundo), y muchas sonrisas.

Si tenéis la oportunidad de ir a verla, no lo dudéis: os aseguro que pasaréis un buen rato y da para unas cuantas conversaciones interesantes si vais con el acompañante adecuado :-)



PD: El director, Jason Reitman, es también responsable de Juno, otra gran película sobre temas muy serios pero sin perder la sonrisa y el sentido del humor.

PD2: Ya sé que no paro, pero... la vida es movimiento, ¿no? BBHs

miércoles, 3 de marzo de 2010

Anticonceptivos naturales: La teta asustada

Me gusta que no pongan anuncios en TVE: me permite ver una película entera antes de que el cansancio me venza definitivamente. Ayer tocó el turno de La teta asustada, película peruana seleccionada para optar al Óscar en la categoría de "Mejor película de habla no inglesa", y que ya se ha alzado con el Oso de Oro en la Berlinale en el 2009.
(Madre mía, si ya hasta controlo la jerga periodística de estos temas, jajaja)

La película admite calificativos varios, pero dado que no soy crítica de cine (ni lo pretendo) sólo quiero destacar lo que realmente me llamó la atención: la protagonista utiliza una patata como método anticonceptivo para ahuyentar posibles violadores, en una muestra de ingenio de heredada de otras mujeres que habían pasado por sutuaciones similares. Sin duda, el cine nos descubre mundos muy alejados del nuestro, para que no olvidemos que otras vidas y otras historias son posibles.

Y una película no sólo es imagen y palabras, también música, y en este caso, recoge la tradición musical de un pueblo en labios de Fausta, la protagonista, con letras y melodías inventadas y robadas... Una película muy curiosa que es una ventana a un mundo muy lejano del nuestro.



PD: Me dicen que han colgado la película en la página de rtve.es. Si tenéis 93 minutos y tenéis curiosidad, podéis verla en streaming aquí

martes, 2 de marzo de 2010

15 páginas


Eso es lo que ha tardado en salir italia y venecia (así, en minúsculas) en el libro que empecé ayer por la noche. Nada parecía indicar que La soledad de las vocales (de Jose María Pérez Alvárez, Premio Bruguera 2008) fuera a ocultar entre sus páginas una referencia a los canales. En cualquier caso, he de decir que voy mejorando: simplemente representaba el deseo de uno de los personajes, escritor para más señas, de cambiar de vida y trasladarse al país que tiene idealizado culturalmente. Venecia no es por el momento un personaje ni un capítulo, así que no cuenta como asombrosa coincidencia. ¿O quizás sí?

"La soledad de las vocales"... no me podéis negar que es un bonito título, ¿verdad? del tipo de "La soledad de los números primos" de Paolo Giordiano -me decepcionó-, o "La soledad era esto" de Juan José Millás -infinitamente mejor que el anterior. Y entre soledades, os dejo con la Soledad de Jorge Drexler:



Ya pasó
ya he dejado que se empañe
la ilusión de que vivir es indoloro.
Que raro que seas tú
quien me acompañe, soledad,
a mi, que nunca supe bien
cómo estar solo.

lunes, 1 de marzo de 2010

Tres de tres

Hace varios posts comenté aquí que en el último libro que había leído, Venecia aparecía casi como un personaje más al final del libro ("Maldito karma", de David Safier ). Ese libro fue un regalo y Venecia una anécdota para que me riera un poco en el viaje de vuelta de Madrid a Teruel.


Pero estoy empezando a pensar que esto de las coincidencias no existen. Historia de un abrigo, de Soledad Puértolas, es el último libro que he leído. Lo elegí al azar en la biblioteca pública porque me gustó el título (suelo elegir los libros así, de manera compulsiva por el título) y tiene un capítulo entero con Venecia como telón de fondo. No sólo Venecia, también hay otra que transcurre en New York, pero me ha llamado menos la atención porque queda más lejos en el tiempo. "Historia de un abrigo" es una especie de novela-río donde aparecen muchos personajes que se van conectando a medida que van pasando las páginas y que acaban en el personaje inicial, que no principal, porque en este tipo de novelas no existe personaje protagonista ni siquiera el abrigo que aparece en el título. El libro en sí es entretenido y fácil de leer, con un estilo muy sencillo con frases cortas, con precisión casi periodística.




La mesa limón es el otro libro que ha ocupado mi mesilla de noche de forma paralela estos días. Es una colección de cuentos/relatos cortos. Me suelen gustar este tipo de libros, donde el autor tiene que demostrar ser original y desarrollar una historia en pocas páginas, antes de que yo pierda interés y cierre los ojos antes de dos páginas. No acabo de entender muy bien por qué elegí este libro entre los estantes de la biblioteca. Creo que tiene que ver con que en la portada aparece un limón y me gusta el color. Y también con lo que leí en la solapa interior del libro (es un escritor británico que no conocía y de cierto prestigio, por lo visto), pero no con lo que aparece en la contraportada, que suelo leer en diagonal para que no me destripe su interior. Después de llevar medio libro me paro a pensar: todos los relatos son reflexiones sobre el final de la vida... Y se me ocurre leer las letras de la contraportada: entre los chinos, el símbolo de la muerte era el limón, y en Helsinki, a principios del siglo XX, en un bar frecuentado por Sibelius, los que se sentaban en la mesa limón estaban obligados a hablar de la muerte. Así que en esas líneas estaba la solución al misterio del libro, que no de mi elección. Y tampoco explica la casualidad de que otra vez aparezca Venecia entre sus líneas. El próximo libro que he elegido no tiene pinta de que vaya a transcurrir entre canales, pero como me lleve a pasear en un vaporetto otra vez entre página y página, voy a tener que considerar seriamente que las coincidencias no existen.