domingo, 27 de febrero de 2011

A ritmo de Bollywood


Todo el que ha viajado conmigo el último año y medio sabe que uno de mis nuevos hobbies (y el más apreciado) es bailar al estilo de Bollywood. Fue un serendipity discover: yo no me había planteado nada parecido hasta que un día de julio entre mojito y mojito a las seis de la tarde apareció un improvisado profesor que nos hizo bailar a todos al ritmo de Jay Ho (banda sonora de la increíble Slumdog millionaire). Ese día decidí que mi nueva vida incluiría el baile, y un par de meses después ya estaba aprendiendo esta mezcla de danzas tradicionales de la india y baile moderno que es Bollywood.

No he visto ninguna película de la primera industria cinematográfica del mundo ni sé qué dicen en sus canciones, pero esa música tan alegre me contagia desde los primeros acordes y da igual lo que me haya pasado ese día o esa semana: todo se borra y durante esa hora sólo soy yo moviéndome al ritmo de la música. Durante mi etapa turolense tuve que cambiar Bollywood por danza del vientre, y los dos estilos me han ayudado a reconciliarme conmigo y con mi cuerpo. Ahora siento que cada vez vuelo más ligera, con menos complejos.

Como todos los talentos, no nos los podemos guardar para nosotros solos y hay que mostrarlos en algún momento. Ayer fue el día: organizaron una fiesta donde poder lucir lo que hemos aprendido este tiempo. Con gran ilusión elegí mi falda (la única verde azulada), me puse las pulseras y salí al escenario (en primera fila). Al ver la gente no sentí nervios: sólo ganas de bailar y que el resto disfrutara como lo hacemos nosotros cuando estamos bailando en clase. Y entre tod@s lo conseguimos: los espectadores pasaron a ser bailarines y todos acabamos moviéndonos al ritmo de los grandes hits de la india. Yo tuve la suerte de compartir la experiencia con el culpable de mi nuevo hobby y con quienes tanto me quieren y me abrazan últimamente. Hubo algunas faltas importantes, pero lo supliremos con un pase especial ;-)

Este nuevo hobby fue un gran regalo en un día muy triste de mi verano del 2009, y ahora esa tristeza se ha transformado a ritmo de música india en alegría, color y sonrisas.

sábado, 26 de febrero de 2011

Música de anuncio

Con la tele de fondo, de repente suena una música familiar acompañando un anuncio para fomentar el reciclaje de tubos fluorescentes (!):



Esta canción no es la primera vez que aparece en este blog, aunque para mí tiene un significado bien diferente.

Hoy siento desde bien dentro cómo todo es relativo, y ese sentimiento llega con una gran sonrisa.
Poco a poco, todo encuentra su lugar...

domingo, 6 de febrero de 2011

¿Unas risas?

He de reconocer que mi sonrisa es uno de mis atractivos y es un arma que utilizo en mi día a día, tanto para alegrar a otros como para intentar animarme a mí misma. Hay días que mi sonrisa es mucho más luminosa y otros en los que ha desaparecido casi por completo, pero siempre acaba por volver. Es cuestión de tiempo, aunque a veces las temporadas nubladas son demasiado largas y mi sonrisa de colores se tiñe de gris durante demasiados días...

Ella es la persona más sonriente que conozco, realmente ilumina con su sonrisa. Sin embargo, ha estado muy empañada estos últimos meses y cuando vi esta oportunidad no me lo pensé: mi regalito especial sería sonreír y a reírnos juntas otra vez. Elegir el día fue cosa complicada, pero finalmente elegimos nuestro día y allí llegamos dispuestas a aprender herramientas nuevas con las que enfrentarnos a la realidad.


En el taller de risoterapia nos dieron dos claves para combatir nuestro día a día:

1.- Alejar de nuestra vida, en la medida de lo posible, las personas y actitudes negativas.
2.- Buscar el lado positivo de lo que nos rodea.


En realidad, no son ideas nuevas para nosotras, y parecen dos ideas sencillas, ¿verdad? aunque en la práctica no son tan fáciles de cumplir... Pero estamos en el buen camino: ella y yo hemos alejado de nuestra vida personas negativas en algún momento, y aunque a largo plazo siempre resulta beneficioso, el camino que hay que recorrer a veces resulta tremendamente difícil. Es cierto que hay días en los que se nos resiste el lado positivo y tenemos que esforzarnos el doble, pero al final tanto ella como yo sabemos encontrarlo: está dentro de nosotras.

Pasamos casi dos horas riendo, saltando, improvisando, explotando globos y jugando como niños de nuevo para recordar que somos capaces de disfrutar cada minuto si nos lo proponemos. Después de tanto esfuerzo, era necesario recuperar fuerzas y seguimos riéndonos, pero ahora de nuestras vidas cotidianas, compartiendo cócteles y anécdotas. Y así, en nuestro día especial recordamos que, aunque a veces se esconda, nuestra sonrisa sigue aquí con nosotras.

viernes, 4 de febrero de 2011

Tócala otra vez, Sam

Aunque no he hecho propósitos de año nuevo, algo que sí que me he propuesto firmemente es aprovechar al máximo todo lo que me ofrece la posibilidad de estar en Madrid, sobre todo porque no sé por cuánto tiempo se va a alargar esta situación ni en qué condiciones. Tener la oportunidad de ir a teatro es una de las ventajas de vivir en esta gran ciudad, y tenía un par de obras pedientes que no iba a dejar escapar.

Empecé el año cumpliendo este firme propósito y me asomé a las salas para ver Por el placer de volver a verla, que desde luego no defraudó. Ahora tocaba el turno de Tócala otra vez, Sam, texto firmado por Woody Allen, con su dosis correspondiente de neurosis en cada escena. La obra narra la historia de un crítico de cine que está hundido tras ser abandonado por su mujer y cómo sus mejores amigos intentan que salga del profundo bache en el que se encuentra intentando que encuentre otra chica. Este sencillo argumento permite a Allen desplegar brillantes dialógos desde los que se analiza profundamente las relaciones personales, con una fluidez de pensamiento que agota. Mucha sonrisa, risa y carcajada para hacernos reflexionar sobre nuestras formas de enfrentarnos a la realidad del día a día. Todo bajo la sombra de Humphrey Bogart en Casablanca y con As times goes by de banda sonora obligada.

Eso sí, después de esos 90 minutos son necesarios unos cuantos más para asimilar tal bombardeo de palabras e ideas, así que seguir la velada con unas cervezas y una rica cena es casi obligación. Menos mal que con mi acompañante, siempre especial, eso no es un problema, y compartimos risas, pato, comentarios y cerveza, el pack perfecto para terminar la noche :-)

y ya por último os dejo con la canción de As time goes by en una versión muy especial: cantada por Misia, voz del fado portugués de la nueva era.
Es una combinación tan melancólica... :-)