miércoles, 7 de julio de 2010

Restauración

Venecia es una ciudad preciosa, que rezuma esplendor y decadencia en sus palacios, iglesias y canales, y parece necesitar restauración constante para no perder esa belleza empeñada en esconderse entre sus grietas
Leo en diagonal (no tengo tiempo para más estos días) que la ciudad no tiene fondos suficientes para realizar las labores de restauración necesarias que eviten su deterioro. Yo puedo asegurar que el famoso Puente de los Suspiros estaba ya tapado por publicidad el año pasado por estas fechas, como indica el artículo, aunque no recuerdo que la plaza de San Marcos estuviera tan asediada por las obras.




El año pasado, en esa misma ciudad, empezó mi proceso de restauración completo. Un sorprendente enemigo destruyó parte de mi ciudad, saltaron por los aires todos los cristales que me daban brillo y quedé por primera vez totalmente indefensa. Mimetizándome con la ciudad, todo en mí eran canales acuosos, y luché por mantenerme a flote, como este submarino que encontramos en las aguas del Gran Canal. Empezó mi viaje por nuevos e insospechados caminos que han multiplicado la luz y color de mi vida. He necesitado ayuda para eliminar todo lo innecesario de mudanza en mudanza, pero soy afortunada porque quienes me quieren han estado ahí para levantar conmigo cajas llenas de pesados recuerdos que han aprendido a volar solos.

Hoy puedo decir que siento cómo estoy ganando la batalla, no contra él (nunca fue contra él), sino contra mí misma. Probablemente yo era (y soy) mi peor enemigo, el más audaz y atrevido, de manera que sólo yo puedo ganar. Es una grandísima ventaja: yo sólo puedo ganar.

PD: Hace un año me regalaron esta canción en respuesta al ataque nuclear que estaba sufriendo.
Un guiño a mi friki preferido...

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