domingo, 19 de septiembre de 2010

Don Quijote de viaje espacial

He de reconocerlo: no he leído completo El Quijote. Y además, no está en mi lista de próximas lecturas... siento la decepción. Eso no significa que no recuerde lo que aprendí en el colegio/instituto sobre la obra cervantina y que no aprecie su importancia literaria. Simplemente no me obligaron a leerlo en su momento y ahora siempre encuentro algo más ligero, en cuanto a peso y entendimiento, que se adapta mejor a mi estado de ánimo.



Sin embargo he de reconocer que cuenta historias curiosas y divertidas. Esta semana me contaron una de ellas que no puedo dejar de compartir con vosotros: en la segunda parte del libro, donde se produce la quijotización de Sancho (siempre me gustó la idea del intercambio de papeles que se muestra en la historia), engañan a Don Quijote y a Sancho Panza para hacerles creer que a lomos de Clavileño (caballo de madera) iban a emprender un viaje a los cielos. Sancho, al volver de dicho viaje, cuenta entusiasmado a la condesa Trifaldi que pasaron cerca de las Siete Cabrillas. Y ahora viene lo curioso: las Siete Cabrillas era el nombre con el que caminantes y pastores conocían a la región de formación estelar conocida como las Pléyades. Sancho incluso describe los colores de las estrellas que la componen, que están relacionados con su edad (estrellas jóvenes en diferente estado de evolución), y acierta plenamente.

Los responsables de la Pequeña Serenata Astronómica de la que os hablé en este post han utilizado esta historia para articular el montaje que acompaña la maravillosa música de Mozart.

Astronomía + música + literatura...
Me gusta :-)

PD: Esta historia aparece en el capítulo XLI lo podéis leer aquí.

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