lunes, 29 de marzo de 2010

Un secreto

Me gusta viajar. Bueno, no es que me guste, es que me encanta. Disfruto desde el momento en el que empiezo a mirar fechas y destinos, ya siento que estoy viajando desde mi pantalla del ordenador. El acceso a tanta información con sólo un click del ratón junto al boom de las compañías de bajo coste han hecho accesible y asequible viajar, y nosotros somos los que más podemos disfrutarlo. Mi padre (que también lleva un viajero inquieto dentro) mira con envidia -sana- a sus hijos, que con un ordenador, conexión a internet y un presupuesto limitado son capaces de organizar un viaje por medio mundo.

Pero tened cuidado: viajar provoca adicción. Y lo digo por experiencia, porque después de un tiempo sin una salida a algún sitio desconocido, empiezo a sentir esa necesidad de explorar nuevos mundos. Y tampoco estoy hablando de tener que ir a Jordania o a la Riviera Maya, por poner dos ejemplos, soy igual de feliz si vamos de excursión a la sierra a hacer senderismo o a un humedal a ver pájaros o al pueblo del abuelo de un amigo. El caso es salir de la rutina y ver qué hay en otro sitio diferente al mío.

Mis últimos viajes siempre han tenido el mismo destino: Madrid. Esa ciudad ha dejado de ser mi ciudad para ser un lugar que visitar, aunque todavía no me siento turista allí. Quizás tiene mucho que ver que seguía paseando por sus calles con mirada asombrada, y por más veces que crucé Sol o la Gran Vía, me fijaba en sus edificios y en las personas que me encontraba por la calle. Me gustaba (y me gusta) dirigir mi mirada hacia donde apuntaban los objetivos de las cámaras de fotos, y así descubrir detalles de la ciudad que se me habían pasado por alto por la rutina y las prisas.

Hace mucho tiempo, cuando todo era nuevo para nosotros, nos dedicamos a descubrir nuestra ciudad y los fines de semana íbamos a algún sitio diferente. Así conocimos San Antonio de la Florida, la casa-museo de Sorolla, la basílica de San Francisco el Grande, e hicimos excursiones a los museos grandes. Y durante todo este tiempo fuimos mil veces al teatro, exposiciones y conciertos, aprovechando lo que la ciudad tenía para ofrecernos. Siempre lo disfruté mucho, muchísimo.

Teruel es pequeño. Y mengua cada fin de semana que me quedo aquí, esperando a futuras visitas con las que compartir los pocos rincones que me quedan por descubrir de la ciudad o a exploradores que amplíen los horizontes de mi radio acción. Por eso me asaltó de nuevo la inquietud viajera y no tuve más remedio: mi próximo viaje está a la vuelta de la esquina. Ahora ya no tengo compañero de viaje fijo y han cambiado mis destinos, pero sigo disfrutando con los preparativos y la idea de estar lejos y desconectar durante unos días.


Cuando pesen demasiado
La rutina, el trabajo y la vida en la ciudad
Nos iremos en un viaje infinito
Con esa tonta sensación de libertad


PD: Siempre pensé que éramos más nosotros cuando estábamos lejos de todo. Y eso fue cierto hasta en nuestro último viaje: ya casi éramos dos extraños...

2 comentarios:

  1. Me ha encantado esta entrada. Yo también disfruto viajando, aunque mi chico se queja porque dice que, con tal de no estar en casa, soy capaz de organizar un viaje en avión hasta la Casa de Campo. Es fascinante descubrir sitios y gentes nuevas. Si hay algo que añoro ahora que mis niños me lo impiden es viajar; pero sobre todo, ahora que vivo a las afueras, echo de menos mis paseos por Madrid. En mi caso, los disfrutaba tanto en compañía como en solitario, de manera diferente pero igual de interesante. Cuando vuelva a ser persona además de madre volveré a las viejas y sanas costumbres.
    P. D. Cambiar de compañero de viaje no tiene por qué ser malo, aunque al principio duela. Aún te queda mucho por viajar, disfruta de cada vuelo. Sobre todo tú, que tienes las estrellas al alcance de la mano...

    ResponderEliminar
  2. Creo que tú viajas cada día con tus niños, tus libros y los cuentos a sitios maravillosos para los que sólo vosotros tenéis las llaves. Esa magia no está al alcance de todo el mundo, así que sois más que afortunados :-)

    Y gracias, muchas gracias por tus palabras...

    ResponderEliminar